Muy a menudo, la diferencia recae en los ojos del que mira, más que en la condición del que es observado.
Por ello, desde la Fundación creemos que todos y cada uno de nosotros podemos contribuir a mejorar la calidad de vida de les persones con síndrome de Down u otras discapacidades intelectuales, desde pequeños hasta que son adultos.
Por ejemplo, es necesario ayudar a los niños y niñas a que sean conscientes de sus capacidades y potenciar sus habilidades. En el caso de las personas adultas, es importante no infantilizarlas ni sobreprotegerlas. Aún así, hemos de tener presente que hay cosas que les cuesta más hacer o aprender, así que podemos darles una mano!
- Mírame a los ojos
- Cuando me hables, dirígete directamente a mi, no a mis acompañantes
- Trátame de la misma forma en que tratarías a cualquier persona de mi edad
- Aprende a ver mis capacidades
- Respeta mis opiniones
- ¡Confía en mí!